La desigualdad y la exclusión que se nos queda

Nos encontramos ante una crisis de largo recorrido y desenlace incierto en términos sociales. La atención a la realidad social y a las voces de los grupos más vulnerables nos constata cómo les está impactando la crisis, y nos revela las situaciones que va dejando a su paso. Un nuevo modelo social parece estar conformándose en la salida de esta crisis y los problemas sociales que ha generado corren el riesgo de convertirse en características estructurales del mismo.Al sistema de protección social le han saltado las costuras en esta crisis, y ha mostrado sus límites y contradicciones. Cuando más falta hacía, no protege lo suficiente y no protege a todos los que lo necesitan. Esto, sumado a la progresiva precarización del mercado laboral y al desgaste de las estrategias de resistencia de los hogares, nos conduce hacia un escenario de exclusión social mucho más complejo de abordar en el futuro, en el que las situaciones tienden a enquistarse y cronificarse con más frecuencia.Los graves problemas de desigualdad, pobreza y exclusión que nos han quedado después de la crisis requieren de nuevas formas de respuesta mucho más contundentes. Si no lo hacemos así, se nos quedarán para siempre.