Análisis del deporte

¿De dónde viene el deporte? ¿Dónde va el deporte? He aquí una institución que nace, se desarrolla, se transforma, inspirada por profundos sentimientos y cuyo sentido hoy depende de todos nosotros. La lógica de su creación, insistimos, transcurre en el orden del tiempo. De ahí su identificación con el humanismo y la cultura.

Ante todo, el deporte es imaginario. Se nos ofrece como un relato maravilloso (la gesta del campeón), como una historia fabulosa (la poesía de la proeza). Aquí la estética –en su esencia trágica– nos remite a una arqueología: las raíces del inconsciente reconducen a los abismos de la historia.

Pero, a fin de cuentas, el deporte es política. La institución se organiza y se administra… Y el directivo ostenta poder. Esto genera una política interna: niveles, estratos, divisiones; y también una política externa: el poder deportivo topa con el poder político y el poder económico. De ahí la necesidad de identificar los valores profundos que informan la realidad deportiva.

¿Qué es entonces el deporte? Debemos presentarlo en el orden de sus razones. La primera es poética: presencia, importancia, poder de la imaginación. La segunda es histórica: revela al deporte su genealogía. La tercera es moral y política: es todo el problema de la autonomía del movimiento deportivo.